Cinco de las 13 especies de estos mamíferos que habitan Puerto Rico podrían experimentar una baja poblacional
Los murciélagos son claves para la reforestación
Cinco de las 13 especies de estos mamíferos que habitan Puerto Rico podrían experimentar una baja poblacional
De las 13 especies de murciélagos que habitan en la isla, las cinco que solo comen frutas y néctares están en riesgo de experimentar una drástica baja poblacional, luego que el huracán María destrozara prácticamente todas sus fuentes de alimentación.
Los murciélagos han tenido que llegar a nuevos lugares en busca de alimento. Por eso, se observan con mayor frecuencia al caer el sol, a veces volando a baja altura y generando temor y repulsión.
“Pero todos los murciélagos que estamos viendo ahora están tratando de aprovechar las pocas frutas que quedaron después del huracán. Estos murciélagos se ven bien afectados por la falta de alimentación”, explicó Armando Rodríguez, coordinador del Programa de Conservación de Murciélagos de Puerto Rico, adscrito a la Universidad Interamericana.
Las cinco especies que podrían perder población son el murciélago frutero de Puerto Rico, el murciélago frutero común, el murciélago hocico de cerdo, el murciélago lengüilargo y el murciélago de las flores.
Si se concreta la merma, advirtió Rodríguez, “parte de la recuperación” después del huracán, particularmente la reforestación de las áreas de bosque, va a ser más lenta.
“Son especies bien importantes en la reforestación porque, al ser frugívoros (comen frutas y néctares), dispersan semillas y polinizan flores. El árbol de ceiba, por ejemplo, se llena de murciélagos cuando florece. Hay otros árboles, como el de maría y moca, que producen frutas demasiado grandes para los pájaros y son los murciélagos los que dispersan sus semillas. Es esencial que estos murciélagos sobrevivan y sigan alimentándose”, afirmó el profesor de Biología en el Departamento de Ciencias Naturales de la Interamericana en Bayamón.
Aunque es consciente de que “aún quedan mitos” en torno a los murciélagos, Rodríguez dijo que la ciudadanía puede ayudar a que el impacto de María sobre las cinco especies frugívoras sea menor. El Programa recomienda colocar frutas en los patios de las casas para que los murciélagos se alimenten. Uvas, mangós y guineos son algunas de las sugeridas. Piñas y chinas deben evitarse por ser cítricas. Las frutas pueden colocarse en una base o colgando, a la altura promedio de un adulto y lejos de paredes. No se recomiendan estructuras filosas ni con alambres, para evitar que los murciélagos pillen sus alas.
“Lo otro que estamos recomendando es que, si van a atrapar a un murciélago, lo hagan usando guantes o tirándole una toalla por encima. Son animales silvestres y no es buena idea agarrarlos sin protección”, expuso.
Por otro lado, Rodríguez informó que el Programa recién inició un proyecto de monitoreo de poblaciones de murciélagos tras el paso de María. Ya hay estaciones en los recintos de Bayamón y Arecibo de la Interamericana, y hay planes de establecer otras en la Hacienda La Esperanza, en Manatí, y el parque Julio Enrique Monagas, en Bayamón.
Como parte del proyecto, se harán capturas “regularmente” para medir tanto la cantidad como la diversidad de especies. La información se comparará con datos históricos disponibles.
Rodríguez contó que un ejercicio similar se hizo en 1998, luego del huracán Georges, y se confirmó que las especies frugívoras tuvieron un impacto “bien grande”. Su hipótesis es que el impacto de María será aún mayor.
En cuanto a las otras ocho especies de murciélagos en Puerto Rico, que comen insectos y peces, estimó que no tienen problemas de alimentación y su población no se verá afectada.
Los murciélagos han tenido que llegar a nuevos lugares en busca de alimento. Por eso, se observan con mayor frecuencia al caer el sol, a veces volando a baja altura y generando temor y repulsión.
“Pero todos los murciélagos que estamos viendo ahora están tratando de aprovechar las pocas frutas que quedaron después del huracán. Estos murciélagos se ven bien afectados por la falta de alimentación”, explicó Armando Rodríguez, coordinador del Programa de Conservación de Murciélagos de Puerto Rico, adscrito a la Universidad Interamericana.
Las cinco especies que podrían perder población son el murciélago frutero de Puerto Rico, el murciélago frutero común, el murciélago hocico de cerdo, el murciélago lengüilargo y el murciélago de las flores.
Si se concreta la merma, advirtió Rodríguez, “parte de la recuperación” después del huracán, particularmente la reforestación de las áreas de bosque, va a ser más lenta.
“Son especies bien importantes en la reforestación porque, al ser frugívoros (comen frutas y néctares), dispersan semillas y polinizan flores. El árbol de ceiba, por ejemplo, se llena de murciélagos cuando florece. Hay otros árboles, como el de maría y moca, que producen frutas demasiado grandes para los pájaros y son los murciélagos los que dispersan sus semillas. Es esencial que estos murciélagos sobrevivan y sigan alimentándose”, afirmó el profesor de Biología en el Departamento de Ciencias Naturales de la Interamericana en Bayamón.
Aunque es consciente de que “aún quedan mitos” en torno a los murciélagos, Rodríguez dijo que la ciudadanía puede ayudar a que el impacto de María sobre las cinco especies frugívoras sea menor. El Programa recomienda colocar frutas en los patios de las casas para que los murciélagos se alimenten. Uvas, mangós y guineos son algunas de las sugeridas. Piñas y chinas deben evitarse por ser cítricas. Las frutas pueden colocarse en una base o colgando, a la altura promedio de un adulto y lejos de paredes. No se recomiendan estructuras filosas ni con alambres, para evitar que los murciélagos pillen sus alas.
“Lo otro que estamos recomendando es que, si van a atrapar a un murciélago, lo hagan usando guantes o tirándole una toalla por encima. Son animales silvestres y no es buena idea agarrarlos sin protección”, expuso.
Por otro lado, Rodríguez informó que el Programa recién inició un proyecto de monitoreo de poblaciones de murciélagos tras el paso de María. Ya hay estaciones en los recintos de Bayamón y Arecibo de la Interamericana, y hay planes de establecer otras en la Hacienda La Esperanza, en Manatí, y el parque Julio Enrique Monagas, en Bayamón.
Como parte del proyecto, se harán capturas “regularmente” para medir tanto la cantidad como la diversidad de especies. La información se comparará con datos históricos disponibles.
Rodríguez contó que un ejercicio similar se hizo en 1998, luego del huracán Georges, y se confirmó que las especies frugívoras tuvieron un impacto “bien grande”. Su hipótesis es que el impacto de María será aún mayor.
En cuanto a las otras ocho especies de murciélagos en Puerto Rico, que comen insectos y peces, estimó que no tienen problemas de alimentación y su población no se verá afectada.
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